El joven máximo Lorenzo llega
como de costumbre a la universidad autónoma de santo domingo, después de un día
incomodo en la empresa para la cual labora. Se dispone aun así a tomar su clase
y olvidar los malos ratos, se concentra en su docente de orientación profesional
que es su objetivo del momento.
Manuel Dipre su profesor, inicia
la docencia con una dinámica, le propone a todos los estudiantes que el examen
final sea un trabajo de grupo donde ellos consideren adecuado realizarlo, el
profesor empieza a explicar en qué cosiste dicho trabajo final.
Traje varias rosa para el
trabajo, la misma se usara como un
símbolo de amor y reflexión, cada grupo seleccionara un integrante para que la
coloque en el pecho de alguien que crea que necesita reencontrarse consigo
mismo, no importando quien sea o donde este. La rosa debe ser colocada como símbolo de amor
y paz, acompañada de una frase que puede ser: con esta rosa colocada en su
pecho, le demuestro lo importante que eres para mí.
En el grupo de máximo Lorenzo,
solicito que le entreguen la rosa, para colocarla en el pecho de su jefe ya que
han tenido bastante discusión y el jefe siempre está peleando con todo el mundo,
muchas veces hasta sin saber por qué pelea.
Al otro día con la aprobación del
grupo el joven bachiller llega al taller y Andrés Carmona jefe inmediato del
joven lo recibe, sin dejarlo hablar el joven le coloca la flor simbólica en el
pecho, y obviando la frase del profesor le dice lo que siente: coloco esta flor
en su pecho como símbolo del amor que le tengo y el respeto que su persona se
ha ganado cada día. Sigue el joven diciendo, quiero que sepas que usted es una
de las personas que más me ha enseñado en la vida a ser responsable y amar con
sentido, sobre todo me ha enseñado a luchar con responsabilidad. Eres mi
estrella a seguir.
El señor Andrés Carmona no se
contuvo y dos lagrimas recorrieron toda sus mejillas, le dijo al joven,
gracias, solo puedo decir gracias máximo.
Andrés tomo la llave de su
vehículo último modelo, salió a su casa y todo el camino iba llorando, solo decía
envuelto en lágrimas: mi familia, mis amigos, mis empleados y todas las
personas que me rodean a diario son tan importante como mi vida misma, no puedo
seguir viviendo una vida llena de odio, mal genio, rencor, noooo y no.
Andrés estuvo reflexionando
durante 13 largos kilómetros que es exactamente la distancia de la empresa a su
casa, abrió la puerta, grito a todos, victoria Díaz, Vilma y Víctor, vengan
abrazarme que necesito sentirlo cerca de mí. Los amo!!!!
Todos salen al encuentro
sorprendido por la actitud de Andrés, vuelve Andrés y toma la palabra: perdonen los malos ratos
que han pasado por mi culpa, he reconocido que ustedes son lo más importante
que tengo, y tu Víctor que ha sido muy maltratado por mí, quiero decirte algo
hijo mío y además coloco esta rosa en tu pecho como símbolo de lo mucho que te
amo, tengo que decirte también que eres importante para mí, eres conjuntamente
con tu mamá y hermana lo mejor que Dios me ha dado, te amo mi hombrecito.
La familia junta estuvo llorando
de alegría por más de 3 minutos en aquel mueble colocado en la sala donde nunca
habían compartido como familia un momento tan importante como ese que estaban
viviendo.
Víctor se paró del mueble y
tocando la rosa en su pecho dijo: papá, tengo que confesarle algo, hace apenas
minutos estaba pensando quitarme la vida, escribí una carta la cual está encima
de mi cama, dice que me quito la vida porque a pesar de tener una familia tan agradable,
sentía que nadie me quería, explico en la carta que me quito la vida porque de
nada sirve vivir sin ser amado por los seres que más ama en la vida… hace
apenas minutos, cuando me llamaste al entrar me retiraba las pastillas de la
boca que compre para quitarme la vida.
Su papá salió corriendo hacia la
habitación de Víctor y efectivamente la carta estaba encima de la cama y especificaba
tal cual el explico, que se quitaría la vida y por qué lo haría.
Tomo la carta y le dijo, hijo
Dios nos ha dado una oportunidad de estar juntos y no voy a echarla a perder.
A partir de ese momento la
familia Carmona Díaz vivió momentos
inolvidables, lleno de firmeza, amor, paz, unidad y sobre todo respeto a la
vida que Dios le regalo.
Máximo Lorenzo le cuenta la historia
que le conto su jefe a todos los empleados de la empresa, nunca se imaginó que
en la misma sección de clase estaba Vilma Carmona Díaz, hija de Andrés Carmona
su jefe, ella confirmo la historia y todos quedaron anonado.
A veces necesitamos tiempo para
entender que la vida es una sola, que nacemos para morir, que no hay cosas más
bella que ser amable, agradar a Dios y sobre todas las cosas amar a nuestro
prójimo como a nosotros mismo.
Bendiciones!!!
Willy Pérez
siempre es bueno reflexionar y retroceder si algo anda mal y repararlo...
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