sábado, 10 de enero de 2015

Historia… El amor hace maravilla.


El joven máximo Lorenzo llega como de costumbre a la universidad autónoma de santo domingo, después de un día incomodo en la empresa para la cual labora. Se dispone aun así a tomar su clase y olvidar los malos ratos, se concentra en su docente de orientación profesional que es su objetivo del momento.
Manuel Dipre su profesor, inicia la docencia con una dinámica, le propone a todos los estudiantes que el examen final sea un trabajo de grupo donde ellos consideren adecuado realizarlo, el profesor empieza a explicar en qué cosiste dicho trabajo final.
Traje varias rosa para el trabajo, la misma se usara  como un símbolo de amor y reflexión, cada grupo seleccionara un integrante para que la coloque en el pecho de alguien que crea que necesita reencontrarse consigo mismo, no importando quien sea o donde este.  La rosa debe ser colocada como símbolo de amor y paz, acompañada de una frase que puede ser: con esta rosa colocada en su pecho, le demuestro lo importante que eres para mí.
En el grupo de máximo Lorenzo, solicito que le entreguen la rosa, para colocarla en el pecho de su jefe ya que han tenido bastante discusión y el jefe siempre está peleando con todo el mundo, muchas veces hasta sin saber por qué pelea.
Al otro día con la aprobación del grupo el joven bachiller llega al taller y Andrés Carmona jefe inmediato del joven lo recibe, sin dejarlo hablar el joven le coloca la flor simbólica en el pecho, y obviando la frase del profesor le dice lo que siente: coloco esta flor en su pecho como símbolo del amor que le tengo y el respeto que su persona se ha ganado cada día. Sigue el joven diciendo, quiero que sepas que usted es una de las personas que más me ha enseñado en la vida a ser responsable y amar con sentido, sobre todo me ha enseñado a luchar con responsabilidad. Eres mi estrella a seguir.
El señor Andrés Carmona no se contuvo y dos lagrimas recorrieron toda sus mejillas, le dijo al joven, gracias, solo puedo decir gracias máximo.
Andrés tomo la llave de su vehículo último modelo, salió a su casa y todo el camino iba llorando, solo decía envuelto en lágrimas: mi familia, mis amigos, mis empleados y todas las personas que me rodean a diario son tan importante como mi vida misma, no puedo seguir viviendo una vida llena de odio, mal genio, rencor, noooo y no.
Andrés estuvo reflexionando durante 13 largos kilómetros que es exactamente la distancia de la empresa a su casa, abrió la puerta, grito a todos, victoria Díaz, Vilma y Víctor, vengan abrazarme que necesito sentirlo cerca de mí. Los amo!!!!
Todos salen al encuentro sorprendido por la actitud de Andrés, vuelve Andrés  y toma la palabra: perdonen los malos ratos que han pasado por mi culpa, he reconocido que ustedes son lo más importante que tengo, y tu Víctor que ha sido muy maltratado por mí, quiero decirte algo hijo mío y además coloco esta rosa en tu pecho como símbolo de lo mucho que te amo, tengo que decirte también que eres importante para mí, eres conjuntamente con tu mamá y hermana lo mejor que Dios me ha dado, te amo mi hombrecito.
La familia junta estuvo llorando de alegría por más de 3 minutos en aquel mueble colocado en la sala donde nunca habían compartido como familia un momento tan importante como ese que estaban viviendo.
Víctor se paró del mueble y tocando la rosa en su pecho dijo: papá, tengo que confesarle algo, hace apenas minutos estaba pensando quitarme la vida, escribí una carta la cual está encima de mi cama, dice que me quito la vida porque a pesar de tener una familia tan agradable, sentía que nadie me quería, explico en la carta que me quito la vida porque de nada sirve vivir sin ser amado por los seres que más ama en la vida… hace apenas minutos, cuando me llamaste al entrar me retiraba las pastillas de la boca que compre para quitarme la vida.
Su papá salió corriendo hacia la habitación de Víctor y efectivamente la carta estaba encima de la cama y especificaba tal cual el explico, que se quitaría la vida y por qué lo haría.
Tomo la carta y le dijo, hijo Dios nos ha dado una oportunidad de estar juntos y no voy a echarla a perder.
A partir de ese momento la familia Carmona  Díaz vivió momentos inolvidables, lleno de firmeza, amor, paz, unidad y sobre todo respeto a la vida que Dios le regalo.
Máximo Lorenzo le cuenta la historia que le conto su jefe a todos los empleados de la empresa, nunca se imaginó que en la misma sección de clase estaba Vilma Carmona Díaz, hija de Andrés Carmona su jefe, ella confirmo la historia y todos quedaron anonado.
A veces necesitamos tiempo para entender que la vida es una sola, que nacemos para morir, que no hay cosas más bella que ser amable, agradar a Dios y sobre todas las cosas amar a nuestro prójimo como a nosotros mismo.
Bendiciones!!!
Willy Pérez



1 comentario:

  1. siempre es bueno reflexionar y retroceder si algo anda mal y repararlo...

    ResponderEliminar